Blockchain como estrategia para la prevención del delito de derechos de autor en artesanías textiles: el caso de la biopiratería cultural

Blockchain as a Strategy for Preventing Copyright Infringement in Textile Crafts: The Case of Cultural Biopiracy











|  Rafael Lara Martínez  |

Licenciado en Derecho por parte de la Universidad Euroamericana, maestro en Derecho Penal y Criminología por el Centro de Ciencias Jurídicas, y doctor en Derecho del Centro de Ciencias Jurídicas. Es catedrático de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla y del Instituto Tecnológico Nacional en Tehuacán, Puebla.

Correo electrónico: siael@yahoo.com.mx

orcid: https://orcid.org/0000-0002-9499-9286

Blockchain como estrategia para la prevención del delito de derechos de autor en artesanías textiles: el caso de la biopiratería cultural

Blockchain as a Strategy for Preventing Copyright Infringement in Textile Crafts: The Case of Cultural Biopiracy


Rafael Lara Martínez

Benemérita Universidad Autónoma de Puebla



Revista Mexicana de Ciencias Penales /  Número 27 /  Año 9   septiembre-diciembre 2025

Paginación de la versión impresa: 149-176

Psicopatía: biología y cultura

Recepción: 31/03/2025

Aceptación: 26/05/2025

DOI: https://doi.org/10.57042/rmcp.v9i27.912

e-ISSN: 2954-4963

creative Esta obra está bajo una licencia internacional Creative Commons Atribución 4.0.

Resumen

El presente artículo analiza la biopiratería cultural en los diseños textiles indígenas y propone el uso de la tecnología blockchain como una política criminal innovadora para su prevención; se expone cómo esta herramienta descentralizada puede certificar la autoría comunitaria mediante nft, códigos qr o chips nfc, lo que permite la trazabilidad y protección de los conocimientos ancestrales. A través de ejemplos concretos y análisis de costos, se demuestra la viabilidad de registrar estos bienes culturales en redes accesibles como Polygon o Tezos. Por último, se concluye que la blockchain puede empoderar jurídicamente a las comunidades y garantizar justicia digital ante el despojo cultural.

Palabras claves:

Blockchain, biopiratería, diseño textil, token, protección.


Abstract

This article analyzes cultural biopiracy of indigenous textile designs and proposes the use of blockchain technology as an innovative criminal policy tool for its prevention. It explores how this decentralized tool can certify community authorship through nft, qr codes, or nfc chips, thereby enabling traceability and protection of ancestral knowledge. Through concrete examples and cost analysis, the article demonstrates the feasibility of registering these cultural assets on accessible networks such as Polygon or Tezos. The study concludes that blockchain can legally empower communities and ensure digital justice in the face of cultural appropriation.

Keywords:

Blockchain, biopiracy, textile design, token, protection.


Sumario:

I. Introducción. II. Biopiratería artesanal como hecho victimizante. III. Historia del blockchain. IV. Funcionamiento de las blockchain. V. Blockchain como mecanismo de prevención del delito de biopiratería artesanal. VI. Conclusiones. VII. Referencias.


I. Introducción


La biopiratería es un fenómeno que consiste en el apoderamiento indebido de conocimiento ancestral, cuyas titulares son las comunidades indígenas (Gulati, 2019). Dicho acto victimizante lo ejecutan usualmente empresas, aunque también particulares que registran la patente o el derecho de autor. Actual y prácticamente, todas las comunidades indígenas en Latinoamérica están enfrentando alguna forma de biopiratería por el extractivismo (Valencia-Hernández, Muñoz Villareal y Hainsfurth, 2017), esto es propiciado, en gran medida, porque los registros ante los organismos de propiedad industrial pueden resultar costosos; no es de extrañar que Estados Unidos de América sea el país que obtiene mayores provechos económicos por ser quien puede realizar más registros.

Además, dichos registros deben renovarse cada cierto tiempo, y las disputas legales para dirimir la autenticidad implican uno de los principales problemas de la biopiratería: el determinar quién es el legítimo propietario de un diseño, recurso, inmueble o conocimiento.

Los avances tecnológicos permiten dar autenticidad y veracidad a diversos objetos a bajo costo, con la finalidad de evitar plagio o usurpaciones de cualquier especie. Precisamente la blockchain o cadena de bloques puede ofrecer estas bondades. La blockchain (o cadena de bloques) es una tecnología que permite registrar información de manera segura, descentralizada y casi inalterable (Linares, Fernández Manzano y González Vasco, 2024). Funciona como un libro del Registro Público de la Propiedad y el Comercio que se distribuye entre muchas computadoras (nodos) en una red; cada vez que se agrega un nuevo registro, se agrupa en un “bloque” que se enlaza criptográficamente con el anterior, de manera que se forma una cadena; propiamente no hay una única entidad que controle la información.

Está distribuida en múltiples computadoras en la red (Llamas Covarrubias, 2021), lo que le atribuye la característica de estar descentralizada, y todos los participantes de la red pueden verificar los registros —aunque en algunos casos, la información puede ser privada—. Cuando un dato se agrega, no se puede modificar sin alterar toda la cadena, lo que hace extremadamente difícil el fraude, por ello permite transacciones seguras sin intermediarios, como sí ocurre en el uso de las criptomonedas (García y Rejas, 2022), o con contratos inteligentes, los cuales son programas que se ejecutan automáticamente cuando se cumplen ciertas condiciones, como, por ejemplo, liberar un pago si se verifica la entrega de un producto.

En este sentido, se usa también en el área de la propiedad digital para poder certificar la autenticidad de documentos, títulos de propiedad, patentes o derechos de autor, lo que nos lleva al tema de estudio, pues también puede servir para la protección del conocimiento indígena. Algunas iniciativas buscan registrar el conocimiento ancestral en blockchain para evitar la biopiratería y reconocer la autoría de las comunidades.


II. Biopiratería artesanal como hecho victimizante


La Constitución mexicana en su artículo 14 establece el principio de irretroactividad de la ley en perjuicio de persona alguna. Esto significa que no se pueden aplicar leyes penales nuevas a hechos cometidos con anterioridad a su entrada en vigor, si estas leyes resultan más gravosas para el sujeto; por tanto, la falencia radica en que ningún acto de biopiratería artesanal ocurrido antes de la expedición de la Ley Federal para la Protección del Patrimonio Cultural de los Pueblos y Comunidades Indígenas y Afromexicanas, en 2022, puede ser sancionado penalmente con base en esa ley, ya que aún no existía esa tipificación.

Aquí entra el concepto de “hecho victimizante” (Serrano Ceballos, 2023), que no requiere tipificación penal previa, pero sí reconoce la existencia de una afectación concreta a un sujeto o colectivo. Se puede considerar que la biopiratería artesanal es un hecho victimizante cultural y colectivo, especialmente cuando se produce sin consentimiento de la comunidad o bajo engaños, y se lucra con diseños o conocimientos tradicionales sin reconocimiento ni beneficio para los pueblos originarios por descontextualizar el sentido espiritual, ancestral o identitario de una práctica.

Para hablar de “hecho victimizante” se retoma el derecho internacional establecido en los artículos 8 y 15 del Convenio 169 de la Organización Internacional del Trabajo (oit, 2014), el cual obliga a proteger prácticas culturales y derechos consuetudinarios. También sirve como apoyo la Declaración de la Organización de las Naciones Unidas sobre los Derechos de los Pueblos Indígenas (onu, 2008), que en sus artículos 11, 12 y 31, establece que los pueblos tienen derecho a la protección jurídica contra el uso no autorizado de sus conocimientos y expresiones culturales, y, por último, el enfoque de la justicia transicional y de los derechos de las víctimas, pues un hecho victimizante no siempre es delito, pero sí puede ser violatorio de derechos humanos y dar pie a mecanismos de reparación simbólica, moral o incluso económica, como parte de una justicia restaurativa o intercultural. Incluso podemos basar el postulado en lineamientos del Sistema Nacional de Atención a Víctimas (cndh, 2013), donde se considera como hecho victimizante cualquier situación que implique una afectación relevante a los derechos de una persona o colectivo, sin que necesariamente derive en una sentencia penal.

La biopiratería artesanal, aun cuando no era tipificada penalmente en el momento de su comisión, puede ser considerada como un hecho victimizante desde un enfoque de derechos humanos, al implicar una desposesión cultural y simbólica que vulnera los derechos colectivos de los pueblos indígenas, especialmente, su patrimonio inmaterial, identidad y autonomía cultural.


III. Historia del blockchain


Se ha llegado a suponer que el origen de las blockchain ocurrió en 2008 con la historia de bitcoin (Criado Enguix, 2020), pero en realidad se inicia con las investigaciones sobre criptografía y seguridad informática. Desde sus raíces en los años setenta hasta su uso en criptomonedas y protección de propiedad intelectual, la blockchain ha evolucionado de una idea teórica a una tecnología que transforma la economía.

En 1976, Whitfield Diffie y Martin Hellman publicaron el artículo New Directions in Cryptography (Diffie y Hellman, 1976), en el que introdujeron el concepto de claves públicas y privadas, que inicia lo que se conoce como criptografía asimétrica. Este modelo es la base de la seguridad en blockchain: cada usuario tiene una clave pública (visible) y una privada (secreta). Luego, en 1982, surgió el primer concepto de “cadena de bloques” con David Chaum (Rodríguez Abril, 2020), un pionero en privacidad digital, que propuso un sistema de dinero electrónico seguro basado en criptografía.

Después, en 1991 Stuart Haber y W. Scott Stornetta (Maldonado, 2020) desarrollaron un sistema criptográfico para sellar documentos digitales en el tiempo sin que pudieran alterarse, con lo que por primera vez se usó una “cadena de bloques” con hashes criptográficos. En 1998, Nick Szabo (Alvarado Bayo y Supo Calderón, 2021) diseñó un sistema llamado Bit Gold, una forma de dinero digital sin bancos ni intermediarios, que propuso el uso de pruebas criptográficas (prueba de trabajo) para evitar fraudes, un concepto clave en blockchain.

En 1997, Adam Back creó Hashcash (Salas Ocampo y Alfaro Salas, 2022), un sistema para evitar spam en correos electrónicos que funciona con un mecanismo llamado prueba de trabajo (proof of work), que más tarde sería usado en el bitcoin para validar transacciones. Precisamente, el 31 de octubre de 2008, Satoshi Nakamoto (seudónimo de una persona o grupo anónimo) publicó el documento Bitcoin: A Peer-to-Peer Electronic Cash System (Zen, 2019), en el que propuso un sistema en el que las transacciones fueran verificadas por una red descentralizada (nodos); este usaba una cadena de bloques para registrar todas las transacciones de forma segura. El 3 de enero de 2009, Satoshi minó el primer bloque de bitcoin, conocido como “bloque génesis” (Marrugo Palomino, 2023), con lo que se creó la primera blockchain funcional de la historia.

En 2013, Vitalik Buterin desarrolló Ethereum (Moreno, Garnica Estrada y Sosa, 2024), una blockchain mejorada que permitía contratos inteligentes, que pueden ejecutar transacciones sin intermediarios, lo cual abrió el camino para los denominados tokens no fungibles (los nft, por sus siglas en inglés). Un nft es un activo criptográfico único (Gámez Baracaldo y Corredor Higuera, 2023) almacenado en una blockchain, que usa tecnología de contratos inteligentes para garantizar su autenticidad, propiedad y trazabilidad. Se usa como un folio real digital que actúa como un certificado de autenticidad y titularidad sobre un activo específico, sin posibilidad de alteración o duplicación y cuya inscripción funciona como constancia de autoría o propiedad sobre una obra digital, equiparable a un registro ante una oficina de propiedad intelectual.

En 2014, se creó el primer nft, conocido como Quantum, creado por el artista digital Kevin McCoy y el programador Anil Dash (Banda, 2022). Se trata de una animación digital en formato gif que muestra un octágono en movimiento con colores cambiantes. Fue registrado en Namecoin, una de las primeras blockchains después de bitcoin, y su propósito era demostrar que se podía vincular una obra digital con un certificado de propiedad único en blockchain.

Lo anterior provocó que en 2017 se popularizaran los nft (tokens no fungibles) que permiten certificar propiedad digital, de manera que surgieron blockchains como Tezos, Cardano y Polygon (Koinly, s.f.), que mejoran eficiencia y costos. Actualmente, gobiernos y empresas comienzan a usar blockchain para identidad digital, trazabilidad de productos y protección de derechos de autor, además, ibm, Microsoft y la Organización de las Naciones Unidas desarrollan proyectos blockchain en logística, salud y justicia.


IV. Funcionamiento de las blockchain


Los nodos en blockchain son computadoras o dispositivos conectados a la red que almacenan y verifican la información de la cadena de bloques; son los responsables de mantener segura y descentralizada la red. Los nodos están distribuidos en todo el mundo por lo que no hay una ubicación central, ya que la blockchain es una red descentralizada y, en consecuencia, cualquier persona o entidad con una computadora y el software adecuado puede operar un nodo y participar en la red.

Existen varios tipos de nodos, pero los principales son los denominados nodos completos (full nodes), que guardan una copia completa de toda la cadena de bloques y verifican todas las transacciones (Masumura Ynami y Acosta Chia, 2021); por esto son fundamentales para la seguridad y descentralización de la red, como los que se usan en la red de bitcoin, un nodo completo tiene toda la historia de transacciones desde el bloque génesis.

También existen los nodos ligeros (light nodes o spv nodes), que no almacenan toda la cadena de bloques, solo la parte necesaria para validar las transacciones (Garg, 2023), lo que los hace más rápidos y consume menos recursos; un ejemplo son los utilizados en las aplicaciones móviles de criptomonedas que necesitan verificar pagos sin descargar toda la blockchain.

Así también se mencionan a los nodos mineros (mining nodes o criptominers), que validan y agregan nuevos bloques a la cadena mediante un proceso llamado minería (en redes como bitcoin). Estos necesitan mucho poder de cómputo y energía para resolver problemas matemáticos complejos (Houy, 2016). Los nodos validadores (staking nodes) son blockchains como Ethereum 2.0 o Cardano; estos, en lugar de minar, validan transacciones a través de un sistema de participación (staking), en el que los usuarios bloquean cierta cantidad de criptomonedas como garantía (Haro Olmo, 2024).

Su funcionamiento es el siguiente: cada nodo tiene una copia de la blockchain y se comunica con otros nodos en la red, cuando alguien envía una transacción, los nodos verifican que sea válida; si lo es, los nodos la registran en la blockchain y la replican en toda la red, esto hace que no haya un solo punto de fallo y que la información sea segura e inmutable. A manera de metáfora, si la blockchain fuera un libro del Registro Público de la Propiedad, cada nodo es una persona que tiene una copia idéntica del libro, cuando alguien anota algo nuevo, todos verifican que la anotación es correcta antes de aceptarla, si alguien intenta modificar una página antigua, los demás nodos rechazan el cambio porque no coincide con su copia.

Decía que si imaginamos un libro del Registro Público de la Propiedad donde cada partida es un bloque y está conectada con la partida anterior, cada bloque contiene un conjunto de transacciones (por ejemplo, el registro de un diseño artesanal), un identificador único (hash), que es una secuencia alfanumérica generada matemáticamente y el hash del bloque anterior, lo que encadena todos los bloques de forma segura; un ejemplo de una blockchain simple sería la que se presenta en la siguiente tabla:


Tabla 1. Ejemplo de blockchain simple de registro de un diseño artesanal

{

“bloque”: 150982,

“transacciones”: [

{

“ID_diseño”: “ZX93MNBV09”,

“creador”: “Comunidad Zapoteca”,

“fecha”: “2025-02-12”,

“hash”: “a3f5d9b8e7c4”

}

],

“hash_bloque_anterior”: “8d9c3a4b2e6f”

}


Fuente: Elaboración propia.


Aquí, el hash del bloque anterior mantiene la integridad de la cadena; si alguien intentara modificar un bloque, todos los siguientes bloques cambiarían, lo que hace casi imposible el fraude. Si una blockchain es como un libro del Registro Público de la Propiedad, el legajo sería un nft, que demuestra a detalle quién es el propietario de lo que está inserto en la partida, al crearse una partida se deja una referencia de la partida anterior que eslabona desde su origen.

Tienen una gran ventaja en su respaldo porque, aunque una computadora que opera como nodo sea destruida, la blockchain no desaparece, ya que está descentralizada y distribuida en miles o incluso millones de nodos en todo el mundo. Cada nodo tiene una copia de la blockchain, por lo que la pérdida de uno o incluso muchos no afecta a la red en general. Si la computadora o servidor que ejecutaba el nodo es destruido, simplemente deja de comunicarse con los demás nodos, pero la red blockchain sigue funcionando normalmente porque hay muchas otras copias de la cadena en otros nodos, y como está replicada en múltiples nodos, la información sigue intacta en la red.

Cuando un nodo cae, los otros siguen verificando y validando nuevas transacciones y si alguien instala un nuevo nodo con la misma configuración, este se sincroniza con la blockchain y vuelve a operar como antes, ya que los nodos nuevos descargan la cadena de bloques desde otros nodos y continúan participando en la red. Esto la hace prácticamente indestructible porque, para que una blockchain desaparezca completamente, todos los nodos del mundo tendrían que ser destruidos al mismo tiempo; incluso si una gran cantidad de nodos desaparece, lo peor que pasaría es que la red podría volverse más lenta o vulnerable, pues mientras al menos un nodo quede en pie, la blockchain sigue existiendo y otros nodos pueden resurgir, sincronizarse y continuar la cadena.

Un ejemplo de su resiliencia es el bitcoin, que ha sobrevivido ataques y apagones masivos porque su red está distribuida globalmente (Dolader Retamal, Bel Roig y Muñoz Tapia, 2017); si un gobierno prohibiera los nodos en un país, la blockchain seguiría existiendo en otros lugares. Incluso se ha propuesto que, para incrementar la fortaleza de la blockchain, se almacene en satélites y radios para que no dependa de la infraestructura terrestre.

Una blockchain no es meramente una fórmula matemática, usa algoritmos criptográficos para generar los hashes que identifican cada bloque. Un ejemplo de una función hash sha-256 (usada en bitcoin y otras blockchains), sería que si tomamos el texto “Diseño zapoteca 2025”, y aplicamos sha-256, obtendremos un código único:


“4f8b1d0e91d74cd9bb5b47b5309c34cdb0a74d30e8b9cfb732ac13b9dd92f6c4”


Este código es irrepetible y si se cambia una sola letra en el texto original, el hash cambiará completamente. Cada bloque tiene un identificador único (hash) que es una secuencia alfanumérica generada matemáticamente, pero la blockchain es más que eso, porque se torna como una red descentralizada, en la que muchos nodos verifican las transacciones que usan criptografía para garantizar la seguridad de los datos y permiten crear registros inmutables y rastreables, útiles para proteger diseños textiles.


V. Blockchain como mecanismo de prevención del delito de biopiratería artesanal


Las blockchain podría ser clave en la protección de diseños textiles y conocimientos ancestrales (Marina, Guarás y Sartor, 2022); se podría registrar la autoría de comunidades indígenas sobre ciertos conocimientos y prevenir la biopiratería, así ha sucedido, por ejemplo, en la India, donde se ha discutido usar blockchain para registrar conocimiento tradicional en medicina ayurvédica (Tiwari, 2024) y evitar su explotación por empresas extranjeras.

El método para registrar artesanías en blockchain se realizaría mediante el registro por diseño (nft) para la protección de patrones textiles ancestrales, aunque también puede realizarse un registro por prenda (nft + qr o nfc) sobre la trazabilidad de cada pieza única. Esto es tangible, puesto que ya existen ejemplos de implementación exitosa de blockchain en la protección de bienes culturales inmateriales, como ibm Food Trust con la protección de trazabilidad en alimentos (Ravanshree y Devi, 2025); VeChain en moda con el registro de autenticidad de prendas (Davydova, Nahnybida, Adamova, Zhurylo y Tokareva, 2023) y los casos de protección de arte digital mediante nft (Tezos, Polygon).

Los pasos para vincular un diseño textil con blockchain inician con la digitalización del diseño. Se toma una fotografía o escaneo del diseño textil con metadatos clave (nombre de la comunidad, fecha, materiales, técnica utilizada, significado cultural), también se puede usar una marca de agua digital o un patrón oculto para asegurar autenticidad; posteriormente se realiza el registro en blockchain y se crea un nft (token no fungible) del diseño en una blockchain como Ethereum, Polygon o Solana.

Este nft debe contener la imagen del diseño, datos de la comunidad creadora, el registro de autenticidad y las condiciones de uso y derechos de autor; acto seguido, se realiza la asociación con un código qr por medio de la imagen de la prenda y agregándolo a la etiqueta. Al escanearlo con un celular, se puede verificar en la blockchain que el diseño es auténtico y pertenece a una comunidad específica. No pasa desapercibido el uso de un chip nfc/rfid en la prenda tejida, pero estamos en el entendido de hacer los costos de forma más accesible para la comunidad indígena.

En términos de costos reales, para registrar un diseño en blockchain se debe pagar una tarifa de transacción (llamada gas fee), en redes como Ethereum (s.f.). Esta tarifa puede ser alta (de $ 5 a $ 50 usd o más, dependiendo de la congestión de la red), pero otras blockchain como Polygon (s.f.), Solana (s.f.) o Tezos (s.f.) son más baratas y pueden costar menos de $ 1 usd por registro. Adicionalmente al costo de creación de un nft, si se quiere registrar un diseño en plataformas como OpenSea o Rarible, se paga una comisión inicial; pero algunas plataformas ofrecen lazy minting, que permite crear el nft gratis y pagar solo cuando alguien lo compra. En términos de almacenamiento de datos es barato, pues las blockchain no almacenan imágenes directamente, solo guardan el enlace a la imagen alojada en servidores como ipfs (InterPlanetary File System), y subir archivos a ipfs (s.f.) es económico, pero si se usa un servicio privado (como aws o Google Cloud), puede haber costos adicionales. Esto haría que no se protegiera cada prenda individualmente, pero sí, el patrón general.


Tabla 2. Comparación de costos de las blockchains

Método

Costo estimado

Dificultad técnica

Beneficios

Blockchain por diseño

$ 0.10 - $1 usd por diseño

Baja

Protege el patrón general, no requiere equipo extra.

Blockchain por prenda (qr)

Casi gratis (solo impresión de qr)

Baja

Fácil de implementar, ideal para trazabilidad.

Blockchain por prenda (nfc/rfid)

$ 0.50 - $ 2 usd por chip

Media

Evita falsificaciones, pero es más costoso.


Fuente: Elaboración propia.


Consideramos que la opción tanto de Polygon como Tezos son las blockchain más asequibles, porque permiten registrar información de manera descentralizada y a bajo costo, funcionan principalmente para la creación de nft (tokens no fungibles), los cuales pueden usarse para proteger los diseños textiles indígenas; además de que su proceso es relativamente sencillo y se puede hacer a través de plataformas que trabajan con estas blockchain, como OpenSea, Objkt o Rarible.

Los pasos son muy básicos para registrar un diseño como nft en Polygon o Tezos. Primero se debe crear una billetera digital (wallet), como MetaMask (para Polygon) o Temple Wallet (para Tezos). Estas billeteras permiten interactuar con la blockchain y pagar las tarifas de transacción, luego se carga la imagen del diseño (se recomienda usar ipfs para almacenamiento gratuito) y se añaden datos como el nombre del diseño, descripción y autoría para posteriormente pagar la tarifa de transacción (gas fee) —en Polygon, la tarifa puede ser de $ 0.10 a $ 1 usd en Tezos, suele costar entre $ 0.05 y $ 0.50 usd—, y entonces el diseño queda registrado en la blockchain. Una vez confirmada la transacción, se genera un enlace donde cualquier persona puede verificar la autenticidad y ya nadie puede modificar ni eliminar el registro.

Hay empresas como Arianee (s.f.), VeChain o Authena que crean chips nfc que enlazan con blockchain, estos pueden escanearse con un celular para verificar la autenticidad de la prenda, ya que el chip está vinculado con un nft en Polygon o Tezos. Cada chip nfc contiene un código único (hash) que redirige al nft en blockchain, lo que genera un sistema en el que el usuario escanea la prenda y ve la historia del diseño en blockchain.

El costo estimado por chip nfc estándar oscila entre $ 0.50 y $ 2 usd por unidad, mientras que los chips nfc programables con blockchain tienen un precio que fluctúa entre $ 2 y $ 5 usd por unidad. En un ejemplo hipotético, si se registra un diseño en blockchain usando Polygon y se imprime un código qr en la etiqueta o se inserta un chip nfc, al escanear el código/chip, el usuario ve los datos del diseño en blockchain; si la prenda es revendida, se actualiza la información en blockchain.

También se debe considerar el costo de adquisición por chip nfc. Existen diferentes tipos que pueden usarse para vincular una prenda con blockchain: para los nfc estándar (etiquetas nfc) serían pequeñas etiquetas adhesivas con un chip programable, se pueden comprar en Amazon, AliExpress o proveedores especializados, su precio ronda entre $ 0.50 a $ 2 usd por unidad.

Asimismo existen los nfc programables con url personalizada que permite escribir información en el chip y que al escanearlo se abra una página web o blockchain; su precio va de $ 1 a $ 5 usd por unidad, y además están los chips nfc de alta seguridad (blockchain-ready): empresas como Arianee, VeChain, Authena venden nfc que se integran directamente con blockchain, cuyo precio gira entre $ 5 a $ 10 usd por unidad.

Ahora pues, una vez que tenemos los chips nfc, para que apunten a la blockchain, necesitamos programarlos con la información del diseño textil en blockchain. Un método sencillo es usar OpenSea (Polygon) u Objkt (Tezos) para subir la imagen del diseño y generar un enlace único al nft en blockchain. Después, se procede a programar el chip nfc con esa url; para ello se utiliza una app gratuita como nfc Tools (iOS y Android), para escribir la url en el chip nfc, y ahora, cada vez que alguien escanee la prenda con un celular, verá el registro en blockchain.

Se insiste en que la alternativa más económica es el código qr en lugar de nfc. Si los chips nfc son muy costosos para la comunidad, se puede usar un código qr impreso en la etiqueta.


Tabla 3. Comparación de costos de la nfc y qr

Método

Costo estimado

Ventajas

Limitaciones

nfc estándar

$ 0.50 - $ 2 usd

Barato, se puede programar con url

No tiene alta seguridad

nfc programable con url

$ 1 - $ 5 usd

Se puede enlazar con blockchain

Puede ser costoso para grandes volúmenes

nfc blockchain-ready

(Arianee, VeChain)

$ 5 - $ 10 usd

Seguridad máxima, imposible falsificar

Alto costo, requiere proveedor especializado

Código qr

impreso

Gratis

Fácil de implementar y usar

Menos seguro que nfc, se puede copiar


Fuente: Elaboración propia.


Debido a que el objetivo es proteger los diseños indígenas de forma barata y accesible, la mejor opción es registrar el diseño en Polygon o Tezos, generar un código qr vinculado al nft e imprimirlo en etiquetas de tela (costo mínimo), pero si se busca una opción más avanzada, se puede usar nfc programable con un enlace a la blockchain.

Ahora bien, en el rubro de los contratos inteligentes para protección legal, se puede programar un smart contract en blockchain que impida que empresas usen el diseño sin autorización, y si alguien intenta comercializarlo sin permiso, se puede rastrear la transacción. Así también la monetización y reparto de regalías son más sencillos porque si la comunidad permite el uso del diseño, blockchain puede automatizar pagos de regalías cada vez que se vende una prenda con ese diseño, es decir, cuando esto ocurra, un porcentaje de la venta se transfiere automáticamente a la comunidad.

Si se quieren programar regalías automáticas para la comunidad en cada venta del diseño, se necesita un contrato inteligente (smart contract); cierto es que contratar a un programador para desarrollar un smart contract en Solidity (Ethereum) puede costar desde $ 500 usd hasta varios miles de dólares; sin embargo, existen plantillas gratuitas que reducen costos.

Existen casos reales sobre el uso de blockchain en textiles, Arianee (Francia) las usa para certificar autenticidad de moda y textiles de lujo, solo que implementa chips nfc en la ropa para vincularla con su registro en blockchain. Si se extrapola esta experiencia a los objetivos de esta investigación, se puede tomar un diseño textil ancestral de una comunidad nahua, registrarlo en blockchain y crear un nft con los metadatos del diseño (significado, comunidad creadora, fecha de creación); cuando una marca quiera usar ese diseño, deberá pagar una licencia que queda registrada en blockchain.

La opción de blockchain por prenda (registro individual de cada pieza textil) funcionaría si cada prenda única recibe un registro, con un número de serie o código qr/nfc individual; esto permitiría que se pueda rastrear quién la compró y si es auténtica, lo cual es útil para evitar falsificaciones y comprobar que la prenda es original de la comunidad. Así, por ejemplo, cada blusa bordada a mano se registra con un nft único, asociado a un código qr con el que, al escanearlo, el comprador ve la historia del textil, la comunidad que lo creó y su autenticidad. Si alguien revende la prenda, el historial de dueños queda registrado. Lamentablemente, el costo es alto si se registran muchas prendas, puesto que cada una requiere una transacción en blockchain.

Siempre puede existir la incógnita de cómo se ve el registro en una blockchain con un nft. En una simulación para diseño textil, se registraría de la manera que se observa en la tabla 4, y se vería como en la tabla 5:


Tabla 4. Simulación de registro para una blockchain con un nft

Nombre

Diseño Zapoteca #1

Creador

Comunidad Zapoteca

Descripción

Diseño artesanal zapoteca registrado en blockchain para proteger su autenticidad y evitar plagio.

Fecha de creación

2025-02-12

Blockchain

Polygon

Hash único

ae2be8c04a61c4f70d067f8bf17a6261b5aceb621809177c840576a6f6c56a50

Propietario

0xA1B2C3D4E5F6789

Imagen

https://ipfs.io/ipfs/Qm123xyz

Transacciones

[{‘fecha’: ‘2025-02-12’, ‘accion’: ‘Creado y registrado en blockchain’, ‘hash_transaccion’: ‘82da140de6dfefd284610a03cf331a393deffe4c863810ce48325ad568d89f14’}, {‘fecha’: ‘2025-03-01’, ‘accion’: ‘Transferido a nuevo propietario’, ‘nuevo_propietario’: ‘0xB9C8D7E6F5A4321’, ‘hash_transaccion’: ‘61663d526d82c7e5e064d625b18082483abf82c08d415241d6e0c14d3310480c’}]


Fuente: Elaboración propia.


Tabla 5. Simulación de una blockchain con un nft

{

Blockchain”: “Polygon”,

“Bloque”: 157892,

“Fecha de registro”: “2025-02-12T14:35:00Z”,

“Propietario”: “0xA1B2C3D4E5F6789”,

“Contrato inteligente”: “0x123456789ABCDEF”,

Hash de transacción”: “6fcd1653f4e76f828a1603b8a6102667407f82faee35419b...”,

“Metadata”: {

“Nombre”: “Diseño zapoteca #001”,

“Creador”: “Comunidad zapoteca”,

“Descripción”: “Diseño artesanal zapoteca registrado en blockchain”,

“Imagen”: “https://ipfs.io/ipfs/Qm123xyz”,

“Reglas de contrato”: {

“Regalías”: “10% al creador en cada reventa”,

“Uso autorizado”: “Solo para fines culturales y educativos”

}

},

“Historial de transacciones”: [

{"Fecha": "2025-02-12",

"Acción": "Creado y registrado en blockchain",

"Hash de Transacción": "abcd123..."

},

{

"Fecha": "2025-03-01",

"Acción": "Transferido a nuevo propietario",

"Nuevo Propietario": "0xB9C8D7E6F5A4321",

"Hash de Transacción": "efgh456..."

}

]

}


Fuente: Elaboración propia.


VI. Conclusiones


Esencialmente las blockchain son un sistema descentralizado y seguro para registrar información. Se usan para certificar propiedad digital (como nft) o para registrar contratos inteligentes.

Así como McCoy protegió Quantum en blockchain, los diseños textiles indígenas pueden registrarse como nft para prevenir plagios y biopiratería, ya que las blockchain no son solo para criptomonedas, sino que pueden ser una herramienta de justicia digital ancestral para comunidades indígenas. Así, implementar modelos asequibles permitiría a las comunidades proteger su propiedad intelectual sin depender de sistemas jurídicos costosos; para ello pueden usar códigos qr, que son la opción más barata, y las comunidades podrían autogestionarlos sin necesidad de programadores.

De esta manera, se alcanzarían múltiples beneficios como autenticidad y protección, porque cada diseño ancestral tendría un registro digital inmutable que probaría su origen. También esta propuesta permite la prevención del plagio, porque ni las empresas ni ninguna otra persona podrían usar el diseño sin permiso, ya que su origen es rastreable en blockchain. Además, considero que permite un empoderamiento económico, puesto que se crean modelos de licenciamiento que aseguran beneficios económicos para las comunidades.

Cierto es que no se puede “incrustar” literalmente la blockchain en un tejido, pero sí se puede asociar un diseño textil con una blockchain a través de nft, códigos qr o chips nfc, lo que permitiría su protección y trazabilidad. Esto podría ser una solución tecnológica contra la biopiratería cultural. Como todo, hay costos al asociar un diseño a una blockchain, pero se pueden reducir usando redes más baratas y plataformas que permitan minting gratuito, y si el objetivo es proteger diseños indígenas contra la biopiratería, se puede explorar un financiamiento o apoyo institucional.

No obstante, se requiere una legislación sensible a la cosmovisión indígena y el fortalecimiento de capacidades tecnológicas en las comunidades, para que esta herramienta no reproduzca nuevas formas de exclusión.


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